JUAN 14
Jesús siempre trató de dirigir las mentes de los discípulos hacia el objeto de su misión, honrar y glorificar a Dios. Conocía a cada uno: sus miedos, debilidades, era su ayudador, su protector, su amigo en el que podían confiar. Con mucho amor les dirigió el mensaje de su partida. Pero también les expresa las palabras más consoladoras de todas las escrituras. De los labios de Jesús recibieron la promesa de su retorno, estas palabras las pronunció a sus discípulos y resuenan hoy como un eco en nuestros oídos, una preciosa promesa hecha a su iglesia. CRISTO VOLVERA.
Jesús habla de una paz, un lugar y una promesa. Empieza con una exhortación consoladora: Tengan PAZ, no se turben, estén quietos y sepan que YO SOY DIOS. Esa paz está fundamentada en nuestra creencia en Dios y en Cristo. El es digno de toda confianza y nos ofrece una paz en la cual podemos edificar nuestras vidas. También hablo de un LUGAR, prometió prepararnos un lugar en el que podemos compartir su eterna compañía, en casa de su Padre hay moradas suficientes para todo aquel que desee disfrutar de su presencia, para los que se acerquen a Él como Salvador. Una PROMESA, VOLVERA POR NOSOTROS, así como nosotros le hemos recibido vendrá para llevarnos a casa, El está preparando una mansión, nosotros miramos hacia adelante y hacia arriba, preparándonos para recibirlo, porque todo aquel que tiene esa esperanza se purifica a sí mismo.
Vino a salvarnos del pecado, es el camino de vuelta al Padre. Jesús, declara que Él es camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino por El. Solo hay un camino para ir al cielo y es Jesús, Desde que se prometió que la cimiente aplastaría la cabeza de la serpiente, Cristo fue el camino, la verdad y la vida. Fue así como Abel ofreció el mejor sacrifico cuya sangre representaba la sangre de Cristo, fue el camino que recorrieron los patriarcas y profetas y único camino por el que podemos llegar a Dios. Conocerle a El es conocer al Padre. Contemplar sus obras, sus señales, su fervor y perseverancia, su abnegación, su santidad, su piedad, su obediencia hasta morir, aunque era hombre no perdió su divinidad, vino al mundo para revelar la gloria de Dios y quien lo contempla ve la gloria de Dios resplandecer, nace en él un sagrado temor al escuchar sus palabras con atención. Los corazones son atraídos hacia él; y despierta mayor amor los unos hacia los otros. Jesús es el mensaje enviado a nosotros por el Padre celestial.
Lo prometido a los discípulos, también lo es hoy para nosotros, si creemos en El, podremos hacer llevar este mensaje al mundo entero, porque Jesús está rogando al Padre que nos conceda su Santo Espíritu y todo lo que pidamos en oración CREYENDO lo recibiremos. Es necesario orar en el nombre de Cristo lo que Significa que hemos de aceptar su carácter, manifestar su espíritu y realizar sus obras; guardar de corazón sus mandamientos, estas cosas las podemos pedir en oración creyendo y serán nuestras. Así hará morada en nosotros junto con el Padre, haciéndonos agradables delante de EL y aptos para toda buena obra.
El Espíritu Santo que el Padre enviará si lo pedimos creyendo en su nombre, nos consuela, nos enseña, nos recuerda todo lo que Jesús hizo, nos acompaña en todo momento, es nuestro maestro al estudiar su palabra con atención. Así testifica la biblia que sucedió con los discípulos después de pentecostés tuvieron fuerza y coraje para predicar el evangelio, hicieron defensa ante autoridades, valoraron más la predicación que su propia vida dando testimonio de que habían estado con Jesús, comprendieron y recordaron cada palabra pronunciada por Jesús mientras caminaba con ellos; los inspiró a escribir el nuevo testamento para testimonio nuestro, fueron capaces de relacionar los hechos y dichos con la profecía y tuvieron convicción inamovible de su fe y creencias. Todo esto lo podemos obtener los discípulos de hoy si con diligencia estudiamos la biblia y pedimos con fervor que podamos ser capacitados para ser llenos de su Santo Espíritu, quien está disponible para todo el que quiera y esté dispuesto a cumplir con las condiciones. Jesús quiere salvarte, abrirás tu corazón a Él para recibirle?
Autor: Nelly Gomez
