ISAIAS 41
Dios promete al pueblo de Israel una seguridad que nadie más les puede brindar.
Los escoge para que sean su pueblo especial, descendientes de Abraham, fueron llamados de tierras lejanas fueron escogidos y no desechados y se presenta como ese Dios que les da fuerza y está siempre dispuesto a ayudarlos.
Hoy tenemos el privilegio de contar con ese mismo Dios que me dice Yaneth “no temas, yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Esta hermosa promesa nos ayuda a desarrollar una fe inamovible que, aunque las circunstancias parezcan adversas, podemos estar confiados en el brazo poderoso de Dios.
A la vez encontramos que, mientras los que esperan en Jehová, descansan en su brazo protector, tienen nuevas fuerzas; los que se enojan contra él no tienen nuevas fuerzas, son avergonzados, confundidos, y por lo tanto van a perecer.
Aunque no merecemos nada él nos dice: “no temas yo te ayudo” yo soy tu socorro.
Dios nos invita a descansar en él, a que confiemos en su cuidado protector, los dioses falsos son viento y vanidad, no pueden hacer bien y ni mal.
Dios prometió un mensajero de alegres nuevas, quien se hizo hombre por amor a nosotros y dio su vida en propiciación por nuestros pecados. Demos gracias a Dios por su gran amor. El SANTO DE ISRAEL nuestro salvador, nuestro amparo, fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Autor: Yaneth Herrera.